domingo, 12 de marzo de 2017

Viajeros por Guadix

"...Después de comer, con bebida fría (cosa
excepcional), salimos del castillo, y, recorridas cuatro leguas a
buen paso de los caballos, por un campo dilatado y estéril, llegamos,
ya muy entrada la noche, a la famosa ciudad de Guadix, que vimos
a nuestra satisfacción al siguiente día.
Guadix está en una bella planada, y el alcázar en un cerro
que arranca de ella. La ciudad vendrá a ser como Nórdlingen, en
Suabia. Expulsados los sarracenos, está hoy habitada por cristianos
solamente. Hay dos monasterios bastante buenos, de las Ordenes
de San Francisco y Predicadores.
La mezquita, que es hexágona, tiene unas setenta columnas
exentas" y en el centro un lindo jardín con una fuente para las
abluciones, según la costumbre mora. Actualmente, está convertida
en iglesia, con la advocación de la Virgen ; es sede episcopal, y
tanto el prelado como sus doce canónigos se sustentan   con las
rentas que poseía la mezquita en tiempo de los moros. Subimos a
la torre, desde cuya altura contemplamos la situación de la ciudad,
la cual se halla, como antes he dicho, en un hermoso y fecundo
llano cruzado por varios riachuelos que riegan copiosamente aquella
tierra. Por estar muy alta con relación al mar, no se dan allí
los tratos propios de la costa como el limonero, el naranjo y el
olivo ; pero sí el nogal, el almendro, la higuera, el manzano, el peral, etc.. cual sucede en las cercanías de Padua. La comarca está
ceñida por un cerco de montañas, que son altísimas hacia el mediodía
occidental; en ellas nevó por entonces, y, sin embargo,
disfrutábase en el valle de una blanda temperatura. 'Mucho nos
agradó el espectáculo de la vega, que está muy poblada. En las
aldeas del término todos, o la mayor parte, son moros, que es
gente que se alimenta con poco y no bebe más que agua, pero muy
diligente en el cultivo de la tierra (i). Cada moro da al año más
tributo a su señor que tres cristianos juntos, y son verídicos, justos
y fieles, como diré más adelante, al tratar de sus costumbres-El 21 de octubre
Guadix desde la ermita del Humilladero
, saliendo de Guadix por un camino agrio de montaña,
encontramos a una milla de la ciudad cierto manantial de aguas
termales, claras y abundantísimas. Al entrar en la cueva en
donde brotan, vimos moros bañándose en ellas ; probé el agua, que
es dulce y templada. Mucho me deleitó el lugar, dispuesto y arreglado
con minucioso esmero, porque sabido es que los moros son
aficionadísimos al baño.
Emprendimos de nuevo la marcha, y a las tres leguas llegamos
al castillo de Lapeza, situado en un alto monte, y en él descansamos
aquella noche. Todos los que estaban en la fortaleza
eran moros, menos el alcaide, que fué nuestro huésped.
A la mañana siguiente, andadas otras seis leguas, ora por
valles, ora por montañas, entramos en la grande y nobilísima ciudad
de Granada, capital del reino de' su nombre."
Jerónimo Munzer: "Viaje por España y Portugal. REINO DE GRANADA". Año 1494

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