miércoles, 20 de enero de 2010

El castillo de la Calahorra







































MARCO GEOGRÁFICO: EL MARQUESADO DEL ZENETE



El marquesado del Zenete es una llanura de unos 25 kilómetros de longitud de Este a Oeste con una anchura media de unos ocho kilómetros de norte a sur, que se apoya al sur en la ladera septentrional de Sierra Nevada. Esta llanura está salpicada por una serie de colinas casi cónicas como consecuencia de la actividad geológica y que sirven de asiento a casi todos sus núcleos de población.



Situada a unos mil cien metros sobre el nivel del mar, está surcada por una serie de ramblas que adoptan forma de escarpe en su contacto con la Hoya de Guadix. Esta altiplanicie, situada al nordeste de la provincia de Granada, hace de frontera en la divisoria de aguas entre el rio Guadix, afluente del Guadiana Menor y del Gualdalquivir al Oeste, y la cabecera del Nacimiento-Andarax que desemboca en el mediterráneo en el Este.



Predominan en su composición geológica los materiales de acarreo cuaternario que alcanzan un considerable espesor y de forma horizontal, que se apoyan sobre materiales del terciario. Sobre esta llanura destacan los cerros cónicos de Alquife, Lacalahorrra, Juan Canal, Cardal y Dólar.



La considerable altura sobre el nivel del mar y su posición septentrional provocan un clima mediterráneo continental de montaña, con inviernos fríos, de nieves y heladas , mientras que el verano es caluroso. A estos datos hay que añadir una fuerte oscilación térmica diaria, sobre todo en verano, que puede ser superior a 15ºC.



Las precipitaciones son escasas, no rebasan normalmente los 500 litros anuales, distribuídas de forma irregular, caídas en un escaso número días al año, no más de 70 y que suelen caer de forma torrencial. El verano es casi completamente seco, y los máximos pluviales suelen darse en la primavera y el otoño. Las precipitaciones de invierno pueden ser en forma de nieve. Dada su orientación los Llanos están azotados por vientos fuertes, que han dado lugar a la construcción en tiempos recientes, de un parque eólico.



La vegetación, muy afectada por la deforestación desde el siglo XVI, se limita a un matorral de tipo mediterráneo, de poca envergadura y espesor. En los años sesenta se llevó a cabo una repoblación de pinos que ha reverdecido el paisaje. Hoy en día el establecimientos de energías renovables, eólica y solar, junto a los restos de las huellas de la actividad minera en el municipio de Alquife, ha afectado a la visión del paisaje, muy diferente al que sería cien años atrás.



El marquesado incluye los municipios de Aldeire, Alquife, Dólar, Ferreira, Huéneja, Jerez del Marquesado, La Calahorra, Lanteira, que constituyen el marquesado histórico, más los de Cogollos de Guadix y Albuñán que tienen similares características físicas y humanas.



EL CASTILLO DE LA CALAHORRA



La reconquista de la zona por los RRCC a partir de la entrega de Guadix a final de 1489 hará recaer el dominio de la comarca en la familia Mendoza.



La capital del marquesado será La Calahorra y Don Rodrigo Díaz de Vivar y Mendoza, marqués del Cenete, construirá a partir de 1509 un castillo sobre uno de los montes-islas del piedemonte de Sierra Nevada que domina el camino que conduce por los Llanos al pasillo de Fiñana y que se cruza con el que conduce al puerto de la Ragua en las Alpujarras.



El castillo integra el exterior militar con las torres circulares con el interior de patio renacentista.



En el exterior sólo se abren unos vanos enrejados, con torres defensivas de forma circular adaptadas a las necesidades que imponen los avances de la artillería, dentro de una planta cuadrada con torres en los ángulos, a los que se sobrepondrá la construcción de un patio, desplazado hacia el poniente, y en el que se construirá una gran escalera claustral.
El patio presenta dos plantas. La planta inferior presenta una arquería formada por arcos de medio punto y columnas de orden corintio. La planta superior presenta columnas sobre pedestales que unen mediante una balaustrada. Los arcos son de piedra del país, excpeto el intradós, donde lucen almohadillas de piedra negra de Italia.



Las galerías que rodean el patio presentan los muros encalados y se cubren con bóvedas de arista de mampostería, mantenido gracias a unos tirantes de hierro visibles que absorben los empujes.



EL PROGRAMA ICONOGRÁFICO

Responde a las ideas de la época, del renacimiento con influencias cristianas.
Se expresa sobre todo en la puerta de entrada de los Salones de los Marqueses, donde en un espacio concebido como un arco de triunfo se rerpesentan diversos temas de la mitología clásica: Hércules desnudo con el brazo derecho doblado tras el cuerpo y el izuierdo apoyado en la clava, reporduciendo el Hércules Farnesio. En el nicho superior se encuentra la figura de la Abundancia. En la otra parte de la portada se encuentra una versión del Apolo Belvedere en la parte inferior y la figura de la Fortuna con los ojos vendados. El friso representa un sarcófago con dioses marinos y tritones. En la parte derecha del friso aparece el dios Dioniso barbudo sobre un tigre y en la parte izquierda se representa a Aquiles joven cobre el centauro Quirón. En los basamentos se completa el programa con las figuras de Hércules y la Hidra de Lerma y con el toro de MARATÓN.

En esta iconografía los personajes claves son Apolo y Hércules; en la mentalidad renacentista Hércules se relacionaba con la puerta de un espacio, pues el dios no dejaba entrar a los malos. Junto a él aparece Apolo, el dios que le ordenó los llamados doce trabajos para expiar su crimen.

Junto a estas figuras parecen diversas alegoráis. La Abundancia se refiere a Proserpina, hija de Ceres. Mientras que la Fortuna, en una barca movida por el viento y con los ojos tapados, exresaría el sometimiento del hombre al azar, al destino fatal.

































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