lunes, 27 de julio de 2009

Una sociedad atemorizada: la limpieza de sangre en la España del siglo XVI

UNA SOCIEDAD ATEMORIZADA
La limpieza de sangre en la España del siglo XVI
La España del siglo XVI se ve sometida a una serie de tensiones, de orden externo e interno, que la configuran como una sociedad de enormes paradojas y contradicciones. De frontera de la Cristiandad pasa a convertirse en el centro de un Imperio que, gracias a la expansión americana, ha de hacer frente a la explosión planetaria con el reto de expandir unos valores culturales a tierras enormemente distantes y donde intentará la construcción de una Cristiandad con reminiscencias medievales. Y ello, cuando en el continente europeo ha de enfrentarse a nuevos valores surgidos de la mentalidad renacentista y del movimiento protestante, al mismo tiempo que hace frente al poderío turco en el mediterráneo, en un choque de civilizaciones tensado por la desaparición del último reducto islámico de la península, el reino nazarita de Granada.
Las tensiones internas, fruto de la existencia de minorías religiosas inasimilables, se conjugarán con las tensiones externas -lucha contra franceses, turcos y protestantes-, derivando en la extensión de unos miedos sociales que complicarán la convivencia social hasta crear una atmósfera social irrespirable que marcará la sociedad civil durante siglos.
Una de estas tensiones vendrá marcada por la llamada "limpieza de sangre", fórmula defensiva de carácter paranoico frente a minorías sospechosamente enquistadas en el cuerpo social que podían poner en peligro la uniformidad del país en un momento de graves amenazas y cuando la unidad religiosa era considerada como la mejor fórmula de defensa frente a un mundo hostil y amenazante.(1)
De las dos minorías religiosas, los moriscos, salvo excepciones, se negaron a aceptar el cristianismo. En su mayoría labradores fueron objeto de activas campañas de evangelización que tuvieron nulo éxito, (2) dando lugar a la famosa rebelión de las Alpujarras de 1568 y posteriormente a su expulsión definitiva por Felipe III en 1609.
Los judeoconversos y la "limpieza de sangre".
Los judeoconversos, burguesía urbana, arrancan en su problemática de tiempo anterior. La persecución de 1391 pone fin a una situación de tolerancia en el que la minoría judaica ocupaba una posición de privilegio fruto de su situación de intermediarios en la larga lucha medieval entre las dos culturas que se repartían el solar peninsular, en una época en que la presencia islámica, como consecuencia de las grandes conquistas cristianas del siglo XIII, ha quedado reducida al reino nazarita de Granada, amparado en la fortaleza rocosa de las sierras béticas y en las disputas internas de los reinos cristianos peninsulares, fundamentalmente Castilla. El siglo XIV, catastrófico por sus epidemias, la más célebre la de 1348, sus malas cosechas y sus conflictos monetarios, acabaría en la catástrofe de 1391 (3), explosión popular que se inicia en Sevilla (a destacar los arrebatados sermones antisemitas del archidiácono de Écija, Ferrán Martínez) y que se extenderán por toda la Península, y en la que confluyen el odio religioso, la protesta frente a los impuestos -recaudados por los judíos- y la envidia frente a una minoría elitista amparada por la Corona y los grandes nobles.
Esta matanza señala el punto de partida de la conversión acelerada de los judíos españoles, con lo que a principios del siglo XV viose aparecer, junto a las comunidades judías, un grupo poderoso de judeocristianos que, contrariamente a las comunidades musulmanas, penetraron de manera impresionante en la cabeza del Estado y de la sociedad española.
La preocupación por esta infiltración dio lugar al nacimiento de los llamados "estatutos de limpieza de sangre", que además de una cuestión religiosa, hay que considerarla como una reacción defensiva de los cristianos viejos contra una minoría agresiva, inteligente, ambiciosa y con cierto espíritu de grupo (4).
Una de las razones de este sentimiento estaría en la denuncia de la propia elite judeocristiana de prácticas judías en los grupos de neoconversos, fácilmente detectable por prácticas gestuales como el cambio de ropa blanca los sábados o la circuncisión de los adultos.
En la larga serie de conversos antijudaicos cabe destacar a Pablo de Santa María, autor de el "Scrutinium scripturarum" de 1432, en el que denunciaba el dominio que los judíos ejercían en España, y en el que justificaba a posteriori las matanzas de 1391, como venganza frente a un pueblo deicida. En la misma línea está "El azote de los judios" de Jerónimo de Santa Fe y el tratado de micer Pedro de la Caballería titulado "Zelus Christi contra iudaeos et sarracenos", obras reeditadas en el siglo XVI y que vendrán a avivar una polémica no solo antihebrea sino antisemítica. Una sociedad como la española, firmemente apegada al linaje, consideraba que se era tal como se nacía, por lo que los crímenes achacados, fundamentalmente el deicidio, arrebataba toda credibilidad a los arrepentimientos de los hijos del linaje de los asesinos de Cristo.
Un paso importante en la formación de esta atmósfera fueron los sucesos de Toledo de 1449. El 26 de enero de 1449 el condestable Álvaro de Luna, al pasar por Toledo en dirección a Ocaña para defender al reino de Castilla contra el ataque de Aragón, pidió a la ciudad un préstamo de un millón de maravedís para financiar la guerra. A Alonso Cota, rico mercader converso, habitual arrendador de impuestos, se le supuso el inspirador de la exigencia fiscal del condestable, y entre la muchedumbre anónima surgieron unos líderes populares, Juan Alonso y Pedro López Cálvez, que se dirigieron contra los bienes de Alonso Cota y el barrio de los conversos, la Magdalena. Un motín antifiscal con una dimensión específica de enfrentamiento con los judeocristianos. Los amotinados se apoderaron de la ciudad y establecieron medidas contra los conversos. El 5 de junio de 1449, el alcalde mayor, Pedro Sarmiento, y "los alcaldes, alguaciles, caballeros y escuderos, comun y pueblo" decidieron discriminar de manera legal a todo un cuerpo social, el de los conversos, considerando que eran indignos de ocupar cargos privados o públicos en la ciudad de Toledo y en todo el territorio de su jurisdicción. Es, por ello, la primera sentencia-estatuto, el primer estatuto discriminatorio de pureza de sangre en la historia de España y de la Cristiandad.
Como reacción a esta situación aparecieron obras como la de Alonso Díaz de Montalvo, redactada por encargo expreso del rey Juan II y en la que se rehabilitaba a los judíos de la antigua ley y la imposibilidad, en nombre de la Escritura, de discriminar según la raza y el origen entre los bautizados, aunque como no podía alejar la acusación de falsa conversión, preconizaba unas investigaciones efectuadas conforme a los procedimientos judiciales contra los sospechosos de recaída judaizante.
Dentro de esta línea de oposición a las medidas antijudaicas está la obra de Alonso de Cartagena, hijo del anteriormente citado Pablo de Santa María, titulada "Deffensorium Unitatis Christianae", la mejor refutación en nombre de la Escritura y de la razón del racismo antijudeocristiano, que iba en camino de convertirse en el canon social, intelectual y espiritual de España. Incluso hay una valoración orgullosa de ser judío, quien al convertirse al cristianismo recupera sus antiguos honores y bienes perdidos por su anterior infidelidad. Pero a pesar de estas obras el sentimiento de separación de las dos comunidades fue creciendo con acontecimientos que no por aislados no son menos expresivos. Así el de Córdoba de 17 de abril de 1474 donde el motín matanza fue originado por el paso de una procesión organizada por una cofradía de cristianos viejos por una callejuela donde desde una casa señorial de un converso, una criada pequeña de ocho o diez años derramó inadvertidamente un chorro de agua sucia que alcanzó la imagen de la Virgen. Ello originó un segundo estatuto de pureza de sangre, prohibiendo a los judeocristianos los altos cargos de Córdoba. El tema pasó a las órdenes religiosas, entre las que se encontraba la de san Jerónimo, orientada hacia la meditación y el estudio, y que había atraído masivamente a las elites procedentes del judaísmo. Allí se desencadenaría la primera investigación interna, de la que la conclusión, en boca del general de la Orden, Oropesa, sería que el origen de todos los desórdenes provenía de la libertad en las relaciones entre judíos de la sinagoga y cristianos, ya fuesen estos conversos o de antigua ascendencia cristiana. De aquí se pasará a la petición de la expulsión de los judíos, y de otra parte a la instalación de la máquina inquisitorial, convertida en formidable aparato de poder. Y junto a ello la instalación de la duda generalizada, la duda pánico, que en el caso de la orden jerónima derivará en el establecimiento de un estatuto de pureza de sangre. Tras duras negociaciones el estatuto fue aprobado por un breve pontificio del Papa Alejandro VI, el 22 de diciembre de 1495, donde se fijaba la regla genealógica de la limpieza de sangre, que alcanzaría hasta la cuarta generación. De esta manera los estatutos de sangre empezaron a extenderse por todo el cuerpo social. El estatuto de los pedreros (albañiles) de Toledo, o el estatuto de Guipúzcoa que reafirma su privilegio de hidalguía para todos sus habitantes. Y los estatutos de los Colegios, medida de extraordinaria importancia pues de esa manera se cerraba la puerta a un grupo social caracterizado por su fundamental actividad intelectual que apoyaba su ascenso social en la inteligencia y para el que los problemas de educación eran los más importantes (estatuto contra "hebraeos" del colegio de San Antonio de Sigüenza de 1497; el colegio de San Ildefonso fundado por el cardenal Cisneros y que adoptó un estatuto de limpieza de sangre tras su muerte, en 1519). Y más tarde a las órdenes religiosas más populares, los franciscanos a partir de 1525 y los dominicos desde 1531.
Capítulo importante fue el de los cabildos catedralicios. El puesto de canónigo era enormemente apetecido por la aristocracia judeo cristiana. El primer cabildo en aceptar un estatuto de limpieza de sangre fue Sevilla por iniciativa del arzobispo Deza, en 1515. Y después de Sevilla, Córdoba en 1530. Y finalmente Toledo, el 23 de julio de 1547, por voluntad del arzobispo Juan Martínez Silíceo
Entre 1548 y 1556 hay aún titubeos. En esa última fecha, reinando ya Felipe II, el estatuto de limpieza de sangre se ha extendido ya de manera universal.
El obispo Ayala y la "limpieza de sangre".
La aplicación de estos estatutos de limpieza de sangre en la diócesis de Guadix y Baza es obra de don Martín Pérez de Ayala(1548-1560):
"Nos don Martín de Ayala por la divina miseración obispo de Guadix y baça del consejo de su magestad ecetera dezimos que por quanto por cedula de su magestad firmada del principe nuestro señor a nos derigida se nos comete y da facultad para que por todas las vias que nos pareçiere hagamos ynquisiçion e ynformaçion de la limpieza del linaje de la persona que ovieremos de ynstituyr en alguna dinidad calongia y racion de esta nuestra santa yglesia de Guadix si el tal es cristiano biejo de padre e madre e syn raça alguna de linaje de judios para poder ser ynstituido el tenor de la qual dicha cedula es el siguiente.
"Don Carlos por la divina clemençia emperador rey de Alemania doña Juana su madre y el mesmo don Carlos por la misma gracia reyes de Castilla de Leon de Aragon....(títulos reales). A vos el reberendo augusto padre obispo de guadix del nuestro consejo e a otro cualquier de la yglesia e obispado de Guadix. Salud e gracia. Bien saveys que asi por derecho como por bula apostolica a nos pertenesce el patronazgo presentaçion de todas las dinydades calongias y raciones y otros be- neficios de hesa yglesia y obispado y de todas las otras de nuestro Reyno de Granada y porque no podia ser que por algunas relaciones e ynformaciones no buenas ny berdaderas alguna vez presentasemos a las dinydades calongias y raçiones de hesa dicha yglesia por bacaçion y re-sinaçion y permutaçion de los quales tubiesen a personas en quien no concurriesen las calidades que se requieren y nuestra voluntad es de presentar a personas aviles y sificientes de edad letras y conciencia y cristianos viejos limpios os mandamos que desdel dia de la data de nuestra carta en adelante quando presentaremos alguna persona por ba- caçion resinaçion y presentaçion a qualquiera de las dichas dinidades calongias y raciones antes que estituyais en ella la tal persona sobre la qual os encargamos la conciencia e agais verdadera y deligente esa- minaçion e ynformaçion por todas las bias que os paresçiere de manera que se sepa...si la tal persona asi por nos presentada es cristiano biejo de padre e madre e sin ninguna raça de linaje de judios... seyendo la prebenda a que fuere presentado dinidad en universidad por esamen riguroso de maestro o licenciado en teologia o dotor o licenciado en canones e seyendo la prevenda calongia o racion que aya estudiado en universidad a los menos dos años de teologia o canones y si concurren en su persona las otras calidades que conforme a la erection desa yglesia se requieren y allando que no es cristiano viejo en la manera que dicha es y tiene los dichos grados ni las dichas calidades o que le falta qualquiera destas cosas no le estatuyais en la tal prebenda ni le admitais ni le recibais la nuestra carta de presentacion... dello os tornamos encargar vuestra conciencia de lo que mandamos dar e dimos esta nuestra carta firmada del serenisimo principe don felipe nuestro muy caro e muy amado hijo y nieto y governador destos nuestros reinos por ausencia de mi el rey y sellada con nuestro sello y queremos que asentandola primero en el libro de la erection de esa yglesia e obispado se ponga originalmente en el archivo de nuestras escreturas reales que estan en la fortaleza de Simancas dada en balladolid a doze dias de abril de mill e quinientos e cinquenta e quatro años. Yo el principe yo Juan bazquez de molina secretario de la cesarea e catolica magestad la hize escrebir por mandato de su alteza." ...y en testimonio de lo qual otorgamos la presente antel notario e testigos ynfra escriptos en cuyo registro lo firmamos de nuestro nombre que es fecha en gor pueblo de nuestra diocesis a doze dias del mes de junio de mill e quinientos e cinquenta e seis años..."(5)
Cuestionario de la "limpieza de sangre".
Como muestra del formulario de preguntas a que se sometía a los testigos presentes en estas probanzas de limpieza de sangre señalamos la realizada en la ciudad de Loja a cinco de diciembre de 1565 para mostrar la limpieza de sangre de Francisco Gómez, clérigo presbítero vecino de Loja y cura en la iglesia de San Juan de los Reyes de la ciudad de Granada. Estas fueron las siguientes:
"1)Si conocen al dicho francisco gomez y si conocieron a sus padres y abuelos.
2)Si saben si sus abuelos paternos fueron casados legitimamente y tuvieron y procrearon como su hijo legitimo al padre de francisco gomez.
3)Si saben si sus abuelos maternos fueron casados legitimamente y tuvieron y procrearon como hija legitima a la madre de francisco gomez.
4)Si saben si los padres de francisco gomez fueron casados legitimamente y durante su matrimonio tuvieron y procrearon por hijo legitimo y natural al dicho francisco gomez.
5)Si saben que los dichos francisco gomez e los dichos sus padre e madre y los dichos sus quatro abuelos de suso nombrados todos ellos an sido e son cristianos viejos notorios gente honrada y de calidad lynpios de toda raca e descendencia de moros ni de judios e que no fueron ny son presos ny castigados por el santo officio e que en esta rreputacion de cristianos viejos y gente honrada y limpios de toda macula fueron siempre avidos e tenydos en esta ciudad syn aaver cosa en contra".(6)
NOTAS
(1) Para la tensión a la que se ve sometida la cristiandad peninsular como extensión de Europa frente al Islam ver: Braudel, Fernand:"El mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II".Volumen II, página 229 y siguientes. Fondo de Cultura Económica. México. Primera reimpresión 1980.
(2)Ver mi artículo: "El oficio de sacristán según el Sínodo de don Martín Pérez de Ayala (1554)". Boletín del Instituto de Estudios Pedro Suarez, número 3.Enero-diciembre 1990.
(3)Chaunu, Pierre: "La España de Carlos V". Volumen II: "La coyuntura de un siglo", página 110 y siguientes. Ediciones Península. Barcelona 1976
(4)Domínguez Ortiz, Antonio: "El Antiguo Régimen: los RRCC y los Austrias". Volumen III de la Historia de España Alfaguara, página 187 y siguientes. Alianza Editorial. Madrid 1977.
(5) Archivo Catedral de Guadix. Sección Pruebas de limpieza de sangre. Carpeta 1547-1575. Probanza de Bartolome de Sarabia, natural de la villa de Espinosa de los monteros, diócesis de Burgos, maestreescuela de la Sta Iglesia de Guadix el año de 1556. La solicita el 13 de diciembre de 1571 para aspirar a una provisión de la Real Capilla de Toledo.
(6) Probanza depositada en el Archivo de la Catedral de Guadix. Sección de limpieza de sangre. Carpeta 1547-1575.
**Este estudio sobre la limpieza de sangre en la España del siglo XVI se publicó en el número 10 del Boletín del Instituto de Estudios "Pedro Suárez" (enero-diciembre 1997), formando parte de un trabajo más amplio titulado "Una sociedad atemorizada" y en el que se reflejaba también el problema morisco, estudiado también en este blog, en el que, salvo breves variaciones, se respeta el trabajo original con sus notas.

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